El monasterio benedictino de Sant Benet de Bages, situado en el municipio de Sant Fruitós de Bages, es uno de los conjuntos monásticos de la Edad Media mejor conservados de Cataluña. Desde que en 2007 se inauguró como Món Sant Benet, el Monasterio ha conseguido recuperar el esplendor arquitectónico y patrimonial que le distinguió en la Edad Media.

Fundado en el año 960 por familiares de los vizcondes del Conflent, la iglesia fue consagrada en el 972 con la presencia del Conde Borrell de Barcelona. En sus orígenes acogió las reliquias de San Valentín por concesión directa de Roma, de quien obtuvo visado papal.

Durante los siglos XI, XII y XIII alcanzó el momento de su máxima proyección y prosperidad, a pesar de los ataques que ocasionalmente recibió de las tropas musulmanas. Entre los años 1045 y 1074, Sant Benet estuvo regido por el abate Miró, hermano de Ramón Berenguer I, Conde de Barcelona y de Girona.

La peste, los problemas de vecindad y vasallaje y la falta de mantenimiento del recinto sumieron a Sant Benet en una decadencia a partir del siglo XV. A partir de 1620, el Monasterio acogió un colegio de las Artes y poco después se convirtió en un espacio de acogida para los monjes de Montserrat de mayor edad.
 
La supresión de las órdenes religiosas detuvo la actividad monástica de Sant Benet en 1835, ahora ya definitivamente. Sólo la iglesia continuó su actividad y el recinto sufrió abandono y desolación hasta que en 1907 fue adquirido por la familia del artista Ramon Casas, que encargó al arquitecto Josep Puig i Cadafalch su recuperación.

En el año 2000, el espacio fue adquirido por Caixa Manresa, que elaboró un proyecto de cuidada restauración que culminó en 2007 con la apertura de Món Sant Benet.

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